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Los provincianos que hacen temblar a la élite limeña

“Al inmenso pueblo de los señores hemos llegado y lo estamos removiendo. Somos miles de millares, aquí, ahora. Nos hemos congregado pueblo por pueblo y estamos apretando a esta inmensa ciudad que nos odiaba, que nos despreciaba como a excremento de caballos. Hemos de convertirla en pueblo de hombres que entonen los himnos de las cuatro regiones de nuestro mundo, en ciudad feliz”

A nuestro padre creador Túpac Amaru 
José María Arguedas

“Nunca imaginé que este año se levantaba la revolución de Micaela Bastidas y Túpac Amaru II”, comenta Gladyz Escudero (54), rondera de La Libertad, quien, junto a sus compañeras, sirven carapulcra con tallarines rojos a quienes han tenido que venir hasta Lima para hacer respetar su voto, el voto no limeño, el voto rural.

Son provincianos. Son ronderos y ronderas. Son comunidades indígenas, campesinas y amazónicas. Son ciudadanos de organizaciones y colectivos. Luego de más de 500 años de deshumanización, asesinato y abuso, son parte esencial del inicio de un cambio.

Afirman que es la primera vez que ven a un candidato elegido desde las bases ronderiles. “No es alguien que se autoeligió o autopropuso, por eso el pueblo está con él (Pedro Castillo)”, afirma Gladyz.

Junto a ella, hay un montículo de verduras, frutas y alimentos no perecibles que reunieron en la Casa del Maestro, en Cercado de Lima, gracias a las donaciones de personas de diferentes regiones del Perú.

La organización los mantiene de pie, con ollas comunes, con colchones y frazadas donadas, con locales que los acogen para dormir, y en otros casos, en carpas, en la Plaza de la Democracia frente al Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Sin embargo, durante los primeros días del plantón, muchas personas durmieron a la intemperie.

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“Hemos vivido los 80 y 90, vimos derramamiento de sangre en varios gobiernos. La historia se está repitiendo, pero no tenemos miedo, no vamos a permitir que Keiko Fujimori nos arrebate lo que es nuestro”, manifiesta la rondera liberteña.

Sarita Cristóbal (55) es de Cerro de Pasco. “Nací en una ciudad minera, mi padre fue dirigente minero, y de sus siete hijos, soy la que más lleva la lucha en las venas”, cuenta.

Sarita indica que conoció a Pedro Castillo en la huelga de maestros del 2017. “Hoy la historia del Perú se está escribiendo con un lápiz, con un maestro”, señala.

“Estamos aquí sin ningún interés económico, no marchamos un par de horas y luego abandonamos nuestras banderolas, como sí lo hacen los fujimoristas”, sentencia Maximila Bustamante (48), de Chota.

Heily Banaijo (45), de Yurimaguas, Loreto, cuenta que de joven fue a la Marcha de los Cuatro Suyos, gran movilización del 2000 que rechazó la tercera reelección del dictador Alberto Fujimori, el cual se pretendió realizar a través de un fraude.

“Siempre he salido a defender mi país”, dice Heily, quien espera que estos días de incertidumbre se acaben. “Es hora de un cambio, ya hemos tenido 30 años de gobiernos de derecha que no hicieron nada”, concluye. 

Las binzas en Plaza San Martín

“¡Estos son, aquí están, los ronderos del Perú!”, “¡Los votos del pueblo se respetan!”, arenga Hugo Tapara, puneño y vicepresidente de la Central Única de Rondas Campesinas del Perú (Cunarc), mientras él y sus compañeros se acercan a Plaza San Martín, ubicada en Centro de Lima, para realizar una asamblea con ronderos del norte, centro y sur del territorio peruano.

A su lado se encuentra Santos Saavedra Vásquez (40), chotano y presidente de la Cunarc, quien sostiene que “Keiko Fujimori y sus voceros quieren hacer un golpe de estado. El Perú no necesita entrar en otra crisis. Las autoridades electorales no deben dejarse presionar. Por eso estamos aquí, para hacer respetar la voluntad popular”.

Estas elecciones se dan en el marco del bicentenario de la “independencia” del territorio peruano, pero para los ronderos serán 200 años con exclusiones, sangre y olvido. 

“Hasta ahora no se reivindican los derechos de los pueblos. Nos han saqueado y matado. Ahora nosotros tenemos el legítimo derecho de revertir esta situación”, asegura Santos, mientras se prepara para iniciar el encuentro ronderil.

Santos Saavedra, presidente de la Cunarc.

“No sabes cuanta gente se está movilizando, ¡es tremendo!”, me dice una de las ronderas que pide a sus compañeros que hagan un círculo para que cada uno hable como representante de su región.

Según la Cunarc, en Lima ya se instalaron 200 ronderos y ronderas, en los siguientes días llegarán hasta 400 más para seguir resistiendo en la capital, específicamente, frente a la sede central del JNE.

Allí vienen esperando la proclamación del virtual presidente electo, Pedro Castillo, junto a delegaciones y organizaciones regionales.

Flavio Flores Chuquipoma, de Cacatachi (San Martín) afirma que no solo los que viven en Lima son peruanos. “Ya estamos cansados de haber vivido bajo el dominio imperialista”, afirma.

Un representante ronderil de Sechura (Piura) dice que están asqueados. “También soy trabajador de la pesca, muchas veces somos tratados como delincuentes. Igualmente con nuestros hermanos agricultores que reciben migajas por lo que cosechan”. 

José Rojas, representante ronderil de Junín.

José Rojas, representante de Pichanaki, Chanchamayo y Vraem (Junín), dice que por fin tienen un presidente campesino. “Es momento de tomar la capital para hacer respetar la patria y ahuyentar la corrupción”, exclama Elmer Olivares, de Nepeña (Ancash).

“¡Viva la lucha de los pueblos indígenas y sus jóvenes descendientes!”, grita un rondero de Jicamarca (Lima). 

José Luis Domínguez, de Reque (Lambayeque), enuncia, “en el mes de nacimiento de José Carlos Mariátegui, debemos avanzar conjuntamente, hermanos”. Muestra su binza. “¡Este es el látigo de la disciplina! Solamente así avanzaremos”, dice y procede a dar un azote al cemento.

José Luis Domínguez, representante de los ronderos de Lambayeque.

Hace unos días, los ronderos marchaban afilando sus machetes en la pista haciendo alusión a las danzas folklóricas de Cañaris y Chota, sin embargo, esto causó que la prensa cree titulares tendenciosos como: “Ronderos asustan con machetes en marcha en Cercado de Lima” 

No se quedaron atrás las clásicas frases racistas y clasistas de los limeños: “Es el miedo a lo desconocido”, “No estamos en una fiesta patronal”, “No estamos en la Sierra”.

Los ronderos mencionan que el machete es un instrumento de trabajo de un agricultor o leñero, el cual sirve para limpiar el camino, aunque también es utilizado en los bailes regionales. 

Y no es el único objeto que los caracteriza. También está la binza o como la conocen los ronderos: ‘el armonizador’, ‘el que corrige’, considerado como un símbolo de disciplina, hecho de los genitales del toro. Otro instrumento es el bordón (bastón de madera). 

“¡Para que aprenda a respetar!”, grita un rondero, y todos, a la vez, lanzan un chicotazo al suelo de Plaza San Martín. 

Un rondero de Huánuco rememora el paro agrario de su región en diciembre del 2020. “Hay una fuerte organización a nivel nacional para construir una nación justa y equitativa con una nueva constitución”, comenta. “¡No vamos a permitir un golpe de estado!”, asegura una rondera de La Libertad.

Desde Ucayali, una rondera enuncia: “Si tanto quieren a Keiko en Lima, ¿por qué no la eligen como su alcaldesa?”. “¡No queremos una patria fujimorista!”, grita la rondera Rosario Huamán, de Amazonas.

Desde Ayacucho, comentan que se seguirán movilizando “para escribir las nuevas páginas de nuestra historia, con una auténtica liberación”.

Algunas personas que cruzan la plaza los miran con miedo y rechazo. Otros se ríen. Un sujeto grita: “¡¿Qué hacen aquí? ¡Váyanse a su chacra si ya ganaron!”. “El miedo al indio ingobernable”, como diría el historiador José Carlos Agüero en su libro Cómo votan los muertos.

Los limeños “demócratas”

A fines de mayo, antes de las votaciones de la segunda vuelta (6 de junio), una caravana de limeños en sus camionetas 4×4 se movilizaron por la “democracia y libertad” hacia Plaza San Martín, pero en realidad, fue en respaldo a Keiko Fujimori. 

Estas marchas se hicieron más continuas y extremistas luego de que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) diera los resultados al 100% y coloque a Pedro Castillo en el primer lugar.

El fujimorismo anunció un “fraude” sin pruebas y hasta la fecha pretende anular —sin sustento— los votos rurales que le dieron la victoria a su rival.

Las manifestaciones, encabezadas por la excandidata acusada de lavado de activos y organización criminal, se trasladaron a los exteriores del Campo de Marte, parque ubicado en el distrito de Jesús María y también centro de vacunación contra la COVID-19, el cual suspendió este proceso en dos oportunidades, perjudicando a los adultos mayores.

Estas protestas de la élite capitalina han sido criticadas no sólo por atentar contra el proceso de vacunación o por respaldar un fraude inexistente, sino también por su gran contenido racista y clasista.

Un grupo de personas fueron con antorchas, un distintivo que supremacistas blancos usaron en el 2017 en Charlottesville (Estados Unidos) para oponerse al retiro de una estatua que simbolizaba la esclavitud. Es importante resaltar que estas también eran usadas por el grupo terrorista y racista estadounidense, Ku Klux Klan. 

Además, se observó a unas cuantas personas con la bandera del virreinato o imperio español, símbolo colonial de opresión y discriminación a los pueblos originarios.

Foto: Internet

Para quienes se encuentran defendiendo el voto rural, el objetivo de estas protestas es el mismo desde hace siglos: ignorar y despreciar a las provincias.

Bajo esa consigna, el partido político de extrema derecha, Fuerza Popular, presentó más de 900 solicitudes de nulidad, pero los Jurados Electorales Especiales (JEE) las rechazaron todas. En el caso del partido de la izquierda, Perú Libre, presentaron 141 que también fueron rechazadas.

En la actualidad, Keiko Fujimori y sus abogados se resisten a reconocer su tercera derrota, ya que han realizado 370 apelaciones (287 fuera de plazo y 83 dentro de plazo) a la última instancia, el JNE, de las cuales 28 ya fueron rechazadas por el máximo órgano electoral. 

Todo ello debe resolverse para oficializar la victoria de Pedro Castillo, el primer dirigente sindical en llegar a la Presidencia.

En tanto, Santos Saavedra, líder de la Cunarc, afirma que “los hermanos de Lima son tan seres humanos como nosotros, pero tiene que haber tolerancia y respeto, no caer en el racismo y clasismo. No porque vivas en Lima vales más”.

“Somos ronderos, no terroristas”

Las ronderas y ronderos hacen un pago a la tierra en Plaza San Martín y desde un altavoz, se anuncia la participación de la cantante, Martina Portocarrero, quien entona Flor de Retama.

Esta canción ayacuchana, compuesta por el maestro huantino Ricardo Dolorier Urbano, se creó en rechazo a la masacre de Huanta (Ayacucho), cometida por la dictadura de Juan Velasco Alvarado en 1969. 

Aunque su significado fue tergiversado por la presentadora del canal Willax, Milagros Leiva, quien lanzó esta frase: «¿Qué piensas cuando los senderistas cantan Flor de retama?”

El terruqueo, a pesar de ser delito, ha sido un clásico recurso de la prensa y la derecha para desprestigiar a la izquierda en varias elecciones. En esta contienda se agudizó y normalizó. En primera vuelta fue contra la excandidata, Verónika Mendoza y luego, en segunda vuelta, contra Pedro Castillo.

Por ende, esta campaña de difamación alcanzó a las rondas campesinas, quienes lucharon contra los grupos terroristas, Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). 

“Nosotros somos constructores de democracia, defendemos los derechos humanos”, dice el líder de la Cunarc.

En el artículo Las rondas campesinas de Cajamarca de los sociólogos, John S. Gitlitz y Telmo Rojas, indican que la primera ronda campesina se formó en diciembre de 1976, en el caserío de Cuyumalca, en la provincia de Chota, Cajamarca, debido al abigeato (robo de ganado) y robo menudo.

Más adelante, rondas del norte, centro y sur se enfrentarían a los mencionados grupos subversivos, los cuales despreciaban e ignoraban las reivindicaciones campesinas, como apunta el antropólogo Carlos Ivan Degregori en su libro Las rondas campesinas y la derrota de Sendero Luminoso.

Asimismo, es necesario destacar que los terroristas no pudieron entrar en territorios con gran presencia de ronderos, como en Chota.

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“No nos iremos hasta que el JNE proclame como presidente a Pedro Castillo”, concuerdan no solo ronderos, sino también las comunidades indígenas, campesinas y amazónicas y delegaciones regionales.

En las últimas semanas se han desarrollado una serie de marchas llamadas “No al Golpe” en referencia a las artimañas del fujimorismo para dilatar las elecciones. Una de las frases que resonó fue: “somos provincianos, no terroristas”.

Lo gritaron los ciudadanos y ciudadanas que se encuentran resistiendo pacíficamente en el JNE, los cuales ya han sido reprimidos y agredidos por la Policía y por el grupo fujimorista/fascista La Resistencia.

Frente a estos últimos sucesos, solo hubo silencio por parte del Ministerio del Interior y del presidente, Francisco Sagasti.

“No hemos venido a confrontar ni a faltar el respeto, y aun así, vienen vándalos a provocar. Rechazamos estos ataques. La lucha política no debe tener un desenlace violento. Seguiremos aquí a pesar de la mafia fujimontesinista. Hacemos un llamado a las autoridades para que identifiquen a estos grupos armados”, comenta Santos Saavedra, líder de ronderos y ronderas a nivel nacional.

La lucha de las provincias resuena en las calles limeñas con carnavales y huaynos.

Mientras tanto, a unos metros de la estatua del invasor de América, Cristóbal Colón, el virtual presidente electo, Pedro Castillo, aguarda en su local junto a su equipo y simpatizantes, entre ellos, los pueblos originarios, quienes luego de siglos de saqueo y asesinato, esperan el inicio de la reivindicación de sus derechos.

Texto: Jair Sarmiento

Edición: Carolina Morales

Fotografía: Flor de Milagros Núñez

Como este es un proyecto autofinanciado e independiente, agradeceríamos mucho sus colaboraciones para seguir cubriendo buenas historias. Otra manera de ayudar sería compartiendo. Saludos y abrazos.

4 respuestas a «Los provincianos que hacen temblar a la élite limeña»

Felicitaciones al grupo de personas que hacen este trabajo, de una información Real y no amañad, me gustaría saber cómo apoyo.
Gracias mil.

Hola Sonia! Gracias por tus comentarios. Respecto al apoyo, justo en la parte final de la nota te decimos cómo, de todas formas te dejamos esta imagen en donde colocamos las cuentas. Saludos y Abrazos! .

Varios Ronderos y Ronderos han leído vuestra publicación. Es como un testimonio, comenta la Rondera Rosario HUAMAN.
Seguramente harán llegar otras publicaciones.

Excelente crónica del verdadero periodismo nacido del pueblo conciente, lo que se está viviendo a puertas del bicentenario es histórico, más que nada por la conjunción de muchas regiones en defensa de la verdadera democracia y anhelando a nuestra patria libre de la peor mafia organizada como es el Fujimorismo

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